Capítulo 73
Jordana decidió participar en la puja, y Máximo no se sorprendió en lo más mínimo.
Era seguro que a Jordana le había encantado ese brazalete de jade.
De repente, Máximo recordó muchos momentos del pasado.
Cuando Jordana tenía ocho años y aprendía a pintar con Benicio, volvía y le contaba todo sobre sus clases, como si fueran un tesoro para ella.
Aún recordaba cómo los ojos de Jordana brillaban en aquellos momentos, llenos de luz y chispas.
A Jordana siempre le había encantado “El Bosque” de Agustín.
En aquellos días, Jordana era aún baja de estatura, apenas le llegaba a la cintura.
Era como un pequeño bultito que a menudo se abrazaba a sus piernas, pidiéndole que la llevara a la subasta para ver el original de “El Bosque“.
Jordana siempre estaba hablando de sus sueños, de cómo quería convertirse en una pintora tan talentosa como Agustín cuando creciera.
Máximo siempre había creído que los hombres no deben llorar fácilmente, pero recordar esos momentos lo hacía emocionarse.
¿Cómo había perdido a esa Jordana que se aferraba a él y hablaba de sus grandes sueños a tan corta edad?
“¡Qué significa esto, Jordana quiere tomar todo!”
“¡Hoy voy a competir con ella hasta el final!”
Fue la furiosa declaración de Roque la que trajo de vuelta a Máximo al presente.
Petrona intentó calmar a Roque, con un tono conciliador: “Roque, déjalo, si a mi hermana le gusta, déjaselo a ella.”
Luego, añadió con timidez: “Además, incluso si intentas competir, Roque, no podrías superar a Lorenzo.”
Roque se sintió como si le hubieran echado un balde de agua fría al cuerpo. Su furia no disminuyó, sino que se convirtió en una rabia desenfrenada y sus ojos comenzaron a brillar
debido a su ira.
“¡Esto es intolerable!”
Un escalofrío recorrió la espalda de Máximo.
Nunca había visto a Roque, quien siempre era tan inteligente y racional, perder su compostura de esa manera.
1/3
17:25
Capitulo 73
Jordana simplemente estaba haciendo una oferta por algo que le gustaba.
Incluso Roque había estado hablando de presentar una oferta, pero no había tenido la oportunidad antes de que Jordana hiciera la suya.
Jordana no había hecho nada, y aun así Roque pensaba que ella estaba tratando de robar
deliberadamente.
Al mirar a Roque con seriedad, Máximo no pudo evitar preguntar.
“Roque, ¿cuánto resentimiento y prejuicio realmente tienes hacia Jordana?”
Petrona y Roque, que estaban cuchicheando, se quedaron atónitos.
Roque se quedó sin palabras por un momento antes de ponerse rojo de ira.
¿Cómo que tengo prejuicios contra ella? ¡Ella está claramente intentando quitarle algo a Petrona! ¿Acaso dije algo incorrecto?”
Máximo le miró fijamente y dijo:
“No has hecho ninguna oferta, Jordana está lejos, ¿cómo podría saber lo que Petrona quiere y robarlo deliberadamente?”
“Desde el principio, solo tú, Roque, has malinterpretado las cosas.”
Con esas palabras, Roque se sintió avergonzado, incapaz de oponerse a lo que dijo.
Solo después de que Máximo lo mencionó, se dio cuenta de que no había hecho una oferta todavía, ¿cómo podría Jordana saber y robar deliberadamente?
Después de un momento, finalmente dijo: “Jordana podría saber muy bien que a Petrona le gustan ese tipo de cosas.”
Máximo miró a Roque sin decir nada más.
Luego, se volvió hacia Petrona, con una mirada inquisitiva.
“Petrona, normalmente no te gustan los brazaletes de jade, ¿por qué de repente quieres este?”
Petrona pareció entrar en pánico por un momento.
Frunciendo el ceño, balbuceó, “Hermano… solo hoy me pareció muy bonito.”
La sospecha en los ojos de Máximo se intensificó.
Petrona respiró profundamente, como si hubiera tomado una decisión, y de repente levantó la mirada.
“Hermano Roque, voy a contarles la razón, pero no le digan a nadie, especialmente a nuestros padres.”
Luego, bajó la voz y continuó diciendo:
“¿No es cierto que mamá adora los brazaletes de jade y que su cumpleaños se está
17:25
Capitulo 73
acercando? Quería comprar este brazalete para regalárselo.”
Petrona siempre tenía sus razones bien fundamentadas.
Y a la edad de Verónica, de veras que le gustaban las pulseras de jade.
La sombra de duda en los ojos de Máximo se disipó, dando paso a un visible sentimiento de
culpa.
Acababa de reprender a Roque por sus maliciosas especulaciones sobre Jordana.
¿Cómo era posible que ahora él mismo estaba cayendo en la trampa de suponer malicias
sobre Petrona?
Petrona siempre había sido obediente y amable, sin mostrar jamás signos de malicia.
Máximo se frotó el entrecejo, dándose cuenta de que su actitud era realmente inapropiada.
Petrona, en secreto, soltó un suspiro de alivio, agradecida de haber esquivado el problema esta
vez.
Apretando la palma de su mano, podía sentir que Máximo últimamente estaba protegiendo a Jordana de manera bastante evidente.
O