Capítulo 108
El teléfono de Silvia vibró con la imagen del anillo, arrancandole una exclamación de asombro El diamante era tan ostentoso que parecia irreal, como una estrella caída del cielo.
¿Ese tamaño? ¿Lo compraste tu? tecleo rápidamente, aunque conociendo a Dante, la pregunta era casi retórica
“Dante me lo dio. Me propuso matrimonio. La respuesta de Lydia era cortante como un bisturí Los dedos de Silvia se congelaron sobre la pantalla. Imposible! ¿Qué está tramando ahora?” La confusión en sus mensajes era palpable ¿cómo podia Dante oscilar entre la aparente preocupación y esta burda manipulación?
Un video llegó a continuación el anillo giraba libremente en el dedo de Lydia como un hula hula
miniatura
Ni siquiera averiguó tu talla? ¿Te propuso con un anillo que parece una pulsera?” La indignación teñia cada palabra.
¿Crees que me lo tomé en serio?” respondió Lydia con frialdad calculada. Este anillo es enorme, debe valer una fortuna. ¿Me ayudas a encontrar comprador?”
Eres brillante! Espera, conozco a alguien que puede valorarlo.”
ALTO La urgencia en el mensaje de Lydia era tangible. ‘No preguntes todavia, Guardalo para venderlo después de mi partida. Si Dante se entera ahora, estallará.”
Un diamante de diez quilates no pasaba desapercibido en Nueva Castilla–las joyas de ese
calibre eran tan escasas como los momentos de sinceridad de Dante,
“Tienes razón, respondió Silvia pensativamente. “Aqui seria demasiado arriesgado, Déjamelo a m–buscaré compradores internacionales y te transferre el dinero.”
Vender localmente el anillo de compromiso del heredero Marquez provocaria un escandalo monumental. El mercado internacional ofrecería discreción y mejor precio.
Te amor Lydia añadió un emoji de corazón antes de borrar meticulosamente la conversación.
Se revolvió en la cama hospitalaria durante veinte minutos, la irritación burbujeando en su interior como agua hirviendo. Finalmente se incorporó, su rostro transformado por la frustración
“¡Por todos los cielos! ¡Este imbécil y su propuesta mediocre me tienen hartal‘
La indignación alimentaba sus pensamientos en un ciclo interminable. Asi que Dante quiere jugar?, pensó con una sonrisa maliciosa Juguemos entonces
Con precisión quirúrgica, localizó la cuenta de Inés Ajustó el anillo en su dedo, apretandolo lo suficiente para simular un ajuste perfecto, y comenzó a grabar
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Capitulo 108
“Dante acaba de proponerme matrimonio. Este es el anillo que me dio.” Su voz destilaba dulzura envenenada. “La verdad, me dolió muchísimo que me canjeara por ti. No quería aceptar…”
Hizo una pausa dramática digna de telenovela. “Pero se arrodilló, llorando y jurando amor eterno. Dice que siempre te vio como una hermana y que si me incomoda, mantendrá su distancia contigo.”
Sus ojos brillaron con malicia mientras enfocaba el diamante. “¡Es magnífico! ¡Y tiene forma de corazón! ¿Diez quilates? ¡Debe costar millones!”
El golpe final: “Obviamente, Dante me ama más a mí.”
Revisó la grabación repetidamente. La exageración rayaba en lo ridículo, provocándole vergüenza ajena – pero eso lo hacía perfecto.
Clic. Enviar.
Una sonrisa de satisfacción iluminó su rostro mientras imaginaba a Inés viendo el video, sus facciones perfectas contorsionándose de celos y rabia.
La venganza, como el diamante en su dedo, brillaba con luz propia.
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