Capítulo 417
Camilo respondió enseguida: “Dile que quizás sea porque Ofelia no tiene tanto gusto por hablar mal de los demás a sus espaldas como ella.”
Marcelo reflexionó un momento, copió el mensaje, modificó algunas palabras clave, y se lo
envió a Amparo.
Amparo tardó en responder.
Tanto, que Marcelo pensó que quizá no recibiría respuesta alguna.
Sin embargo, la pasión de Amparo terminó rompiendo sus esquemas: “Dejando eso de lado, Ofelia debe haberse sentido muy avergonzada, ¿no?”
Marcelo revisó su historial de chats con Amparo.
Siempre era él quien iniciaba las conversaciones.
Si decía algo incorrecto, Amparo se enfadaba y lo ignoraba.
Nunca había pasado, como hoy…
Que ella, por su propia iniciativa, buscara tema de conversación.
De repente, Marcelo se sintió como un payaso, ridículo y absurdo.
Amparo seguía enviando mensajes: “Si hubiera sido yo, habría manejado la situación mucho mejor.”
“Jamás perdería el control de mis emociones como Ofelia, dejándote en vergüenza.”
Cada palabra suya era como un puñal clavándose en el corazón de Marcelo.
Haciéndole sentir que su amor, su cariño por Amparo, era una broma.
Marcelo se sintió agobiado, pero intentó responder con calma: “Ella se comportó muy bien.”
Aunque no había tenido mucho trato con Ofelia.
Sabía que Ofelia era una buena mujer.
Que seguro sabría cómo manejar la situación con facilidad.
Marcelo continuó: “Además, el asunto de hoy se ha magnificado mucho, deberías verlo en internet,”
Al ver esto, Amparo rápidamente revisó su teléfono y descubrió que había aún más gente criticándola en línea.
¡Esto la enfureció aún más!
¡Esta Valentina era una idiota!
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Capítulo 417
Quería que Valentina hiciera quedar mal a Ofelia, que perdiera el control y se avergonzara…
¡Pero Valentina logró lo contrario!
Hizo que más gente supiera que ella, Amparo, era la otra!
¡Eso era buscarle problemas a propósito!
Amparo trató de calmarse y luego le enviaba mensajes a Camilo, fingiéndose vulnerable: “Lo de su exsuegra yendo a buscarla a su empresa…”
“No se defendió de su exsuegra, sino que desvió el tema hacia mí.”
“¿Crees que me odia mucho?”
Preguntó Amparo, fingiendo confusión: “¿Por qué crees que tiene tanta malicia hacia mí?”
“Esta pregunta no deberías hacérmela a mí, sino a ti misma.” Marcelo respondió casi al instante: “Piensa bien en lo que le has hecho, creo que entonces entenderás.”
Amparo:
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Quería replicar, pero sus dedos teclearon en el teclado un buen rato antes de borrarlo todo en
silencio.
De repente, Amparo sintió que tal vez había algo de verdad en sus palabras.
Valentina estaba en la estación de policía, escuchando pacientemente los consejos del policía, mostrándose sumisa en la superficie.
Pero en su interior, seguía insatisfecha.
Ofelia se había casado con su hijo, eso la convertía en su nuera.
Incluso después de divorciarse…
¿Qué más daba?
Ella sentía que aún tenía derecho a inmiscuirse.
El policía preguntó: “¿Entiendes dónde estuvo el error?”
Valentina respondió de inmediato: “Sí, lo entiendo.”
Aunque su situación era grave, no llegaba al punto de ser detenida, así que, viendo su buena actitud, el policía sugirió: “Entonces llama a alguien para que venga a recogerte.”
Después de pensarlo bien, Valentina decidió llamar a Ricardo.