Capítulo 70
En la cafetería universitaria, Esther se encontraba tranquilamente sirviéndose comida cuando la confrontación estalló.
Marta, cegada por la ira, arrastró a Anastasia hacia ella. -¡Vamos! ¡Vamos a exigirle una explicación!
Anastasia intentó detenerla, pero Marta ya se había lanzado como una fiera hacia donde
estaba Esther.
Se escuchó un estruendo seco cuando el plato que Esther sostenía se estrelló contra el suelo. Antes de que pudiera reaccionar, Marta le propinó una bofetada que resonó en toda la cafetería, el impacto dejando una marca rojiza en su mejilla izquierda.
-¡Marta, no hagas esto! -Anastasia intentó sujetarla, su voz teñida de falsa preocupación.
-¡Anastasia, no te metas! -Marta se zafó del agarre y enfrentó a Esther, cuyos pómulos se habían encendido por el golpe. ¿Fuiste tú la que compró trolls en línea para atacar a Anastasia?
La conmoción atrajo todas las miradas. Los estudiantes en la cafetería formaron un círculo
alrededor de ellas, hambrientos de drama.
Esther levantó la cabeza con dignidad, estudiando a sus atacantes. No las reconocía, pero su aspecto lo decía todo: ropa de marca y relojes lujosos, aunque no de primera línea. Tenían dinero, pero no tanto. No habían asistido a la fiesta de Anastasia no por elección, sino porque no alcanzaban el nivel social requerido.
-¿Tú eres…?–preguntó Esther con calculada indiferencia.
-No importa quién sea yo -espetó Marta-. ¡Atacas a Anastasia solo porque naciste en la rica familia Montoya! ¡Te digo que el presidente De la Garza prefiere a nuestra Anastasia, no a ti! ¡Tú eres la que está rompiendo una relación siendo la otra!
Una risa fría escapó de los labios de Esther.
-Compañera, ¿no entiendes qué es un matrimonio por conveniencia? -su voz destilaba sarcasmo-. Siendo estudiante del INC, ¿cómo puedes decir algo tan ridículo?
-¿Qué dijiste?! -El rostro de Marta enrojeció de furia.
-Todos los que entran a el INC vienen de buenas familias -explicó Esther con serenidad-. El Grupo De la Garza y mi familia Montoya se unieron por conveniencia, beneficiándose mutuamente. Es un trato entre adultos. Soy la prometida oficial de Samuel, la futura esposa reconocida por la ley. Entonces, dime, ¿quién es realmente la tercera en esta relación?
-¡Tú! ¡Solo estás jugando con palabras! -Marta, acorralada en la discusión, estalló-. Si Montserrat no hubiera estado en contra de Anastasia, ¿cómo habrías podido acercarte al presidente? ¿Cómo te atreves a hablar tan descaradamente?
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Capítulo 70
-Tienes razón -concedió Esther-. Montserrat no acepta a la señorita Miravalle, por lo que no tiene el estatus ni el derecho de entrar a la familia De la Garza. No puede ser la señora De la Garza en el futuro. Así como no puedes casarte con alguien que no amas y declarar que, porque esa persona ame a otra, tú eres la otra en la relación, ¿verdad?
Hizo una pausa calculada antes de continuar:
-Supongo que cuando tu esposo esté en la cama con la mujer que ama, gritarás que ella es una zorra que te robó a tu hombre, en lugar de admitir que tú eres la tercera en su relación.
-¡Maldita! -Marta se quedó sin argumentos, reducida a balbucear.
-Esther, ya basta de venir aquí a dar discursos tan santurrones -intervino Mónica con veneno en la voz
He oído que la familia Montoya está por quebrar. Si tienen o no el prestigio para emparentar con los De la Garza es otro asunto. Cuando te quedes en bancarrota, seguro que el presidente será el primero en dejarte.
Esther la miró con una sonrisa enigmática.
-No sé si Samuel me querrá o no–respondió con calma letal-, pero lo que sí sé es que definitivamente no quiere a Anastasia.
