Capítulo 67
-Tranquilo, no te culpo -susurró Anastasia con voz suave y quebradiza.
Samuel le acarició suavemente la cabeza, sus dedos deslizándose entre los mechones dorados. Le pediré a Bianca que te lleve a casa.
El pánico cruzó por los ojos jade de Anastasia al notar que Samuel no tenía intención de acompañarla personalmente. Sin embargo, consciente de no poder presionar más la situación, bajó la mirada con fingida resignación.
-Con tal de que no me culpes, Samu… de verdad, no podría perderte -murmuró con voz trémula mientras subía al auto donde Bianca la esperaba.
Mientras tanto, Esther se disponía a marcharse cuando, al girar la esquina, sintió un tirón brusco. Samuel la arrastró hacia un rincón apartado.
-¡Qué diablos te pasa! -exclamó ella, intentando liberarse por instinto.
Samuel le sujetó el brazo con firmeza, su voz cortante como el hielo. -Esther, pareces muy ansiosa por irte.
-¿El presidente De la Garza no va a consolar a la señorita Miravalle y viene a buscarme? ¿Para qué? -Esther frunció el ceño, su voz cargada de ironía.
Samuel la soltó, pero su mirada seguía siendo penetrante. -Esther, ¿estás especialmente decepcionada porque no pudiste romper nuestro compromiso?
Una risa desdeñosa escapó de los labios de Esther. -El presidente De la Garza está preguntando a sabiendas, ¿no? Al no poder romper el compromiso, me impide ser oficialmente la señora de la familia Bouchard, y estoy bastante molesta por eso -sus ojos brillaron con malicia-. Así que le pido que se mantenga alejado de mí, para evitar problemas.
Samuel respondió con una risa sardónica. -Esther, ¿realmente crees que Gabriel querría casarse contigo? ¡No seas ingenua! Si no fuera porque eres mi prometida, ¿crees que se habría acercado a tí?
Esther arqueó una ceja con elegancia estudiada. -Ya sé lo que quiere decir, que Gabriel se acercó a mí solo para molestarlo, intentando socavar su posición. Pero… no le creeré -hizo una pausa calculada-. Después de todo, la relación entre Gabriel y yo no es asunto de nadie más.
La ira encendió los ojos grises de Samuel. -Qué lástima, aún eres mi prometida del Grupo De la Garza, no puedes casarte con Gabriel, ino serás la señora del Grupo Bouchard!
-Si vino aquí solo para decirme estas cosas, entonces por favor hágase a un lado -Esther intentó pasar junto a él con dignidad. No tengo tiempo para perder con usted aquí.
-Esther, te advierto la voz de Samuel se volvió amenazante-, mantente alejada de Gabriel,
Capitulo 67
recuerda tu posición actual.
-¿Posición? ¿Qué posición? -Esther fingió inocencia-. Presidente De la Garza, no entiendo, aunque no hayamos roto el compromiso, usted hace lo suyo y yo lo mío. En este círculo, ¿no es muy normal? De todos modos, tarde o temprano romperemos el compromiso, no hay prisa.
Se acercó deliberadamente a Samuel, invadiendo su espacio personal.
-¿O será que el presidente De la Garza en realidad siente algo por mí, por eso no quiere que Gabriel y yo tengamos mucho contacto? -sus ojos brillaron con malicia-. De lo contrario, ¿por qué iría a tanto esfuerzo para que la señora De la Garza viniera a impedir nuestro rompimiento de compromiso esta vez?
El rostro de Samuel se ensombreció. -¡Esther, ya deja de alabarte a ti misma!
-Solo era una broma, no se lo tome a pecho, presidente De la Garza–respondió ella con una sonrisa que sabía lo enfurecería.
Samuel apretó los puños mientras la veía alejarse con elegancia despreocupada. Deseaba verla derrotada, humillada, pero una vez más esta mujer había logrado sacarlo de quicio.
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