Capítulo 52
-Presidente De la Garza, ya que no tiene objeciones, me retiro -Esther mantuvo su voz firme y profesional-. Mañana a las diez estaré puntual en la conferencia de prensa para la aclaración del Grupo De la Garza.
Esther empujó a Samuel para pasar, pero justo cuando se giraba para marcharse, él la sujetó del brazo con firmeza.
Los ojos de Esther se entrecerraron con disgusto, mirándolo como si fuera algo repugnante. -Samuel, esto de andarme persiguiendo ya no tiene caso.
Samuel captó el desprecio en la mirada de Esther y lo reconoció al instante. Era la misma mirada que él le había dirigido tantas veces, aunque en su momento no le dio importancia.
La realización lo golpeó como una bofetada. ¡Así era exactamente como él solía mirarla!
Una ira ardiente se apoderó de Samuel. ¿Cómo se atrevía Esther a mirarlo con ese desprecio?
-Esther, piénsalo muy bien antes de romper tu compromiso con la familia De la Garza -casi escupió las palabras entre dientes.
-Ya lo pensó -una voz suave y divertida se escuchó desde el umbral.
La puerta se abrió con suavidad, revelando a Gabriel Bouchard. Vestía una camisa blanca con las mangas casualmente remangadas y un elegante brazalete de plata como único adorno.
Esther se preguntaba qué hacía Gabriel allí, pero antes de que pudiera reaccionar, él se acercó y la rodeó protectoramente con sus brazos. -Presidente De la Garza, el buen pájaro elige el árbol donde posarse. Creo que Esther me prefiere a mí.
El rostro de Esther ante la repentina declaración de Gabriel claramente expresaba “¿perdiste la
cabeza?”
-¿Tú? -Samuel retrocedió un paso, señalando alternativamente a Esther y a Gabriel-. Esther, realmente tienes talento, subestimé tus tácticas antes.
Esther frunció el ceño con irritación.
-Aun así, te aconsejo que lo pienses bien la voz de Samuel era gélida-. Cancún no está bajo el control de Gabriel. Entre él y yo, mejor considera tu elección cuidadosamente.
-¿Acaso hay que elegir?-Gabriel respondió con despreocupación estudiada-. Mi familia es honorable, mientras que tu familia De la Garza ha hecho negocios turbios por años. Soy un hombre íntegro que no se mete en esos dramas, presidente De la Garza… mientras que tú, parece que tuviste un hijo con la señorita Miravalle, ¿no es así? En cuanto a poder, ni te me acercas, y en estatus, tu familia De la Garza no supera a la familia Bouchard. Además, yo puedo proteger a Esther y asegurarme de que nadie la moleste. Cualquiera elegiría lo mismo, te sugiero que no hagas el ridículo aquí.
Con cada palabra de Gabriel, el rostro de Samuel se tornaba más sombrío.
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Capitulo 52
Al ver que Esther permitía que Gabriel la abrazara, Samuel soltó una risa fría. -Bien, ¡entonces rompamos el compromiso!
Esther sintió un alivio secreto al ver cómo Gabriel había logrado provocar a Samuel hasta el punto de aceptar la ruptura.
Pero su alivio duró poco. -Sin embargo, hoy… Esther, debes disculparte con Anastasia -la voz de Samuel era amenazante-. De lo contrario, ninguno de ustedes saldrá por esa puerta.
El aura intimidante de Samuel llenó la habitación mientras sus guardaespaldas comenzaban a rodearlos. Al ver más de una decena de hombres, Gabriel ni se inmutó.
-¿Ah sí? -levantó ligeramente la mano-. Adelante.
Como una marea oscura, un grupo de guardaespaldas de la familia Bouchard inundó la
habitación.
El espacio de apenas veinte metros cuadrados se saturó instantáneamente con los hombres de ambos bandos, la tensión palpable en el aire.
-La verdad es que me siento más tranquilo viajando bien acompañado comentó Gabriel con fingida casualidad-. Así que hoy, quién dejará pasar a quién por esa puerta… está por verse.
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