Capítulo 25
Roque tenía una fuerza impresionante en sus manos, apretando la muñeca de Jordana hasta causarle dolor.
En ese instante, ella pudo ver claramente el desdén en sus ojos, como si fuera lo más sucio y despreciable que podría existir. Sin vacilar, sacudió la mano de Roque y casi sin darse cuenta, retrocedió un par de pasos, adoptando una postura defensiva.
Con voz fría, replicó. “Ya te dije que no me voy contigo. Si no lo has escuchado bien, te lo repito
una vez más.”
Mirando sus manos vacías, Roque se quedó perplejo ante la determinación de su hermana. Ella había retrocedido, manteniendo una distancia segura, sus labios apretados y esa mirada de orgullo, mostraban la rebeldía que siempre la caracterizaba. Pero también notó algo diferente, la admiración que una vez Jordana reflejaba hacia él, había desaparecido, reemplazada por una indiferencia fría y calculadora.
En ese momento, Roque incluso sintió como si, aunque Jordana estuviera frente a él, hubiese un abismo intransitable entre los dos.
“Álvaro y yo terminamos. He vuelto y ya no hay vuelta atrás, así que no necesito que me acompañes. Y por favor, no te molestes más en mis asuntos.”
La actitud de Roque había agotado cualquier esperanza que Jordana aún pudiese tener hacia él, así que lo miró fijamente, enfatizando cada palabra, especialmente la última frase, marcando una distancia entre ambos.
Roque no era tonto, se dio cuenta de que la actitud de Jordana hacia él no solo había cambiado, sino que también planeaba cortar todo lazo y no volver a tener trato alguno.
Aunque por un momento se sintió tentado a disculparse y tratar de enmendar las cosas, su orgullo le recordó rápidamente quién era.
¿Cuándo había tenido que pedir disculpas o intentar recuperar el cariño de alguien?
Con un gesto de enfado, la apuntó con el dedo. “¡Jordana, recuerda bien lo que has dicho hoy! Porque incluso si mueres, no volveré a mirarte!”
Estaba realmente enfadado, y la distancia intencionada en las palabras de Jordana solo aumentaron su ira. ¡Qué alivio no tener que inmiscuirse en sus problemas! ¡Que pereza había sido tener que hacerlo!
Las palabras hirientes salieron fácilmente de los labios de Roque, pero Jordana ya estaba acostumbrada a ellas. En ese momento, su hermano la señalaba y la insultaba, visiblemente furioso.
Sin embargo, ella simplemente sonrió. “Eso está bien. Gracias, Roque. Espero que también recuerdes lo que has dicho hoy.”
Fue como golpear algodón.
1/2
Capitulo 25
Por un momento, Roque se quedó paralizado, ¿Jordana le había dado las gracias? ¿Se había vuelto loca?
Al volver la mirada hacia Jordana, la alta figura de Lorenzo se interpuso entre ellos, protegiéndola con su presencia imponente.
Aunque Roque era alto, al lado de Lorenzo parecía pequeño y dada su posición, éste lo miraba desde arriba con una mezcla de frialdad e ira contenida.
Con calmada autoridad dijo, “Jordana puede resolver sus propios asuntos, y si hay algo que no pueda manejar, yo estoy aquí para ayudarla.”
Casi por instinto, Jordana miró hacia Lorenzo, cuya gran mano envolvía la suya firmemente. El contacto le proporcionó un leve calor, que se esparció hasta su corazón. Tal vez por haber sido tan independiente durante tanto tiempo, esta fue la primera vez que sentía que alguien la defendia y se sentía protegida.
Se quedó inmóvil, con su mirada fija en la mano grande y firme de Lorenzo, su corazón tardó en volver a la calma. Y entonces se dio cuenta, con algo de retraso, que en los tres años con Álvaro, nunca habían llegado a tomarse de las manos.
Álvaro no la quería, por lo tanto, nunca tuvo un gesto de cariño como ese y ella, que siempre había evitado el contacto físico, nunca había pensado en tomarlo de la mano.
Sin tomarse de las manos, sin besos, sin la intimidad que se supone debe haber entre enamorados, incluso las conversaciones eran escasas. Entonces, se preguntó si lo que había sentido por Álvaro había sido realmente amor.
“Vámonos.” Al terminar de hablar, Lorenzo haló de la mano a Jordana y empezaron a caminar
para irse.
“Está bien.” Ella respondió con suavidad, siguiendo el paso de Lorenzo sin mirar ni una vez hacia Roque,
Roque, que inicialmente estaba frustrado, no tenía intenciones de dejar las cosas así, pero las palabras de Lorenzo lo dejaron sin argumentos. No se atrevía a ofenderlo, ya que su compañía dependía completamente del apoyo del Grupo NE y enfrentarse a él podría costarle demasiado. Así que tuvo que contener su disgusto y ver cómo la figura de Jordana se alejaba cada vez
más.
2/2