Capítulo 429
Valeria se quedó boquiabierta ante su decisión: “Aurora, ¿Dónde piensas vivir si vendes la casa?”
“Vale, quiero alejarme de este caos y vivir en el campo por un tiempo. Ve y compra una casita, preferentemente con un patio grande para poder plantar verduras y criar gallinas y patos.” Respondió con una calma serena.
Valeria no podía creerlo: “Pero no tienes que vender la casa para eso. ¿Y cuando regresemos, dónde viviremos? ¿Acaso no planeas volver a la Ciudad de México?”
“La casa de Salva aún está ahí. Donde él decida establecerse, ahí nos quedaremos nosotras.” Dijo con una sonrisa.
Valeria, emocionada, exclamó: “Entiendo, entonces me encargaré de ello enseguida.”
Lo que Aurora no esperaba era la llegada de un visitante inesperado.
Federico apareció de repente en su casa, sorprendiéndola enormemente.
Ella lo bloqueó en la entrada, llenando el marco de la puerta con su cuerpo, mostrando una postura defensiva. “Señor Nolan ¿A qué debo el honor de su visita?”
Federico, con timidez, se tocó la punta de la nariz: “Aurora, hace tiempo que no se nada de ti. Me preocupé pensando que algo te había pasado, así que vine a verte.”
La joven respondió con evidente frustración: “Cortaste mi sustento, dejándome sin lugar en la Ciudad de México. ¿Para qué iba a ir a buscarte?” Su enojo era palpable.
Federico adoptó una actitud de superioridad: “Aurora, así como puedo cortar tu fuente de ingresos, también puedo restaurarla.” Dijo observando la expresión en su rostro, esperando que
cediera.
Pero Aurora, con orgullo, replicó: “No es necesario. La Ciudad de México no es el único lugar para mí. Hay un mundo entero donde puedo ir.”
Federico mostró pánico: “Aurora ¿Qué quieres decir?”
Ella le explicó: “Me iré de la Ciudad de México a buscar nuevos horizontes. Por lo tanto, no habrá posibilidades para una futura colaboración, por lo tanto, no tengo por qué tolerarte. Lárgate. Aquí no eres bienvenido.”
Con eso, Aurora intentó cerrar la puerta.
Federico, con el pie deteniendo la puerta, le explicó llenó de pánico: “Aurora, no quise cortarte el sustento a propósito. Fue Isaac, dijo que solo rompiéndote las alas podrías ser manipulada a mi antojo, y que entonces ¡Me escucharías sin resistencia!”
El rostro de Aurora se tornó en una mezcla de ira y desdén: “¿Qué? ¿Acaso su conciencia fue devorada por los perros? ¿No le bastó con lastimarme antes y ahora quiere cortarme el sustento?”
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Capitulo 429
Viendo a Aurora tan enfadada, Federico se desesperó aún más: “Aurora, no te vayas. Puedo devolverte tus pedidos. Te garantizo que puedo revivir tu empresa…”
Aurora lo interrumpió con desdén: “No quiero tu ayuda. Ni tampoco tu amistad. Federico, no necesito verte más.”
El joven, desconsolado, preguntó: “¿Qué necesito hacer para que me perdones?”
Aurora reflexionó. Isaac le había jugado una mala pasada, y ella no veía razón para no devolverle el favor. Los mexicanos valoran dar y recibir.
“Si puedes cortarle el sustento a Isaac, entonces podría considerar perdonarte.”
Federico dudó, y su mirada se volvió vacilante: “Eso es…”
Decidida, Aurora concluyó: “Federico, deberías saber que Isaac es mi enemigo. Si ayudas a mi enemigo, no tiene sentido seguir siendo amigos. Si no puedes cortar lazos con él, mejor vete.”
Aurora lo empujó fuera y cerró la puerta con un golpe.
Federico, con el trasero dolido por la patada, no se enfadó, sino que sonrió.
Tocándose el dolorido trasero, mostró una sonrisa maliciosa: “Qué temperamento tan picante. Pero me gusta.”
Con eso, se dirigió hacia donde vivía Isaac.
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