Capítulo 48
Maite apretó suavemente los hombros de Lydia, su gesto material tan natural como respirar. “No quiero presionarte, cariño. Solo piensalo bien, ¿si?”
Lydia asintió, agradeciendo silenciosamente el espacio que le daba para decidir
Maite dirigió una mirada cariñosa hacia su sobrino antes de hacerles un gesto de despedida. “Ya vayanse, que se hace tarde. Tengo que darle los últimos toques a mi pieza para el concurso de mañana, y ustedes solo me distraen.”
La noche había caido sobre la ciudad cuando salieron del edificio. Lydia, recordando la ayuda de Guzmán en la estación de policia el dia anterior, se giró hacia él. “Oye, te debo una por lo de ayer. ¿Qué tal si te invito a cenar?”
La sonrisa de Guzmán iluminó su rostro. “¿Conoces algún lugar que valga la pena?”
Los ojos de Lydia brillaron mientras pensaba en su restaurante de cortes favorito, uno de esos lugares que combinaban perfectamente sabor y prestigio. ¡Conozco el lugar perfecto! Te va a encantar, palabra de honor.”
Guzmán arqueó una ceja con fingida sorpresa. “¿Ah, si? Bueno, si tú lo recomiendas, sería un
crimen no ir. Guíame.”
“¡Te lo juro!” Lydia levantó el pulgar con entusiasmo. ¡Todo el mundo repite!”
Con un gesto teatral, Guzmán le abrió la puerta del copiloto. “Su carruaje espera, alteza.”
La risa de Lydia burbujeó espontánea mientras se acomodaba en el asiento. “¡No me digas que tú también andas al día con los memes! ¿Quién lo diría?”
Era dificil imaginar a Guzmán, el estudiante modelo eternamente sumergido en sus libros, prestando atención a algo tan trivial como los memes mientras sus compañeros se perdían en el scroll infinito de sus redes sociales.
Una risa profunda escapó de su garganta. “¿Qué pensabas? ¿Que vivía bajo una roca? Que no pase tantas horas en redes no significa que esté desconectado. Me gusta entender cómo piensan las personas…” sus ojos se encontraron con los de ella por un momento en el espejo retrovisor, “especialmente aquellas que me importan.”
La intensidad de su mirada hizo que algo revoloteara en el estómago de Lydia. La atmósfera en el auto cambió sutilmente, cargándose de una intimidad que la puso nerviosa. Su corazón dio un vuelco inexplicable.
“Eh… mejor arranca, tartamudeó, “o vamos a tener que hacer fila.”
Guzmán sonrió tranquilamente mientras ponía el auto en marcha. Después de todo, había esperado cuatro años. Unos minutos más no harían diferencia.
Con manos temblorosas, Lydia sacó su celular y abrió WhatsApp.
[Este… ¿estoy loca o… Guzmán siente algo por mi?]
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Capitulo 48
La respuesta fue instantánea:
[¡HASTA QUE TE DAS CUENTA! ¡El pobre lleva AÑOS enamorado de ti! ¡Dale una oportunidad! Necesitas una relación sana y dulce por una vez en tu vida. #TeamGuzmánYLydia #G&L]
Una sonrisa agridulce se dibujó en los labios de Lydia mientras leía el hashtag. “G&L“. Guzmán y Lydia. Sonaba… diferente. No mal, solo… diferente.
[Déjame cerrar el capítulo con Dante primero], respondió. [Necesito aclarar mi mente.]
Y su corazón, añadió mentalmente, aunque esa parte prefirió guardársela para sí misma.