Capítulo 381
Aurora, temiendo que él le quitara nuevamente su bebida, optó por agarrar un vaso de jugo. En esa oportunidad, Salvador no le quitó su bebida.
Aurora se dio cuenta de algo, ese tipo estaba protestando de esa manera por su hábito de beber. Así que no tuvo más remedio que beber su bebida obedientemente.
Isaac observó la interacción tácita entre esos dos, sintiendo por alguna razón un sabor amargo
en su corazón.
Inexplicablemente, sentía celos de Salvador. Aurora, ese puercoespín, se mostraba dócil frente
a él.
“Aurora, vamos a ver qué hay más adelante.” Isaac la tomó del brazo y se la llevó, tratando de separarla de Salvador a propósito.
De repente, Salvador tomó la mano de Aurora, cada uno tirando de un brazo, con Isaac tirando
con mucha fuerza. Eso le causó dolor a Aurora.
La mano de Salvador la envolvía con calidez, con la fuerza justa, proporcionándole una sensación de seguridad.
“Aurora, soy su fanático más apasionado. Me encanta la ropa que diseña. ¿Podría darme la oportunidad de compartir un baile más tarde?” Preguntó Salvador sonriéndole de manera aduladora.
Aurora frunció el ceño: “…
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¿El futuro magnate era su fanático apasionado?
Si fuera así, debería despertarse riendo de su sueño.
Ella estaba segura de que Salvador solo estaba inventando excusas, simplemente no le gustaba verla con Isaac porque sabía que él no era buena persona.
Isaac tiró fuerte, haciendo que Aurora tropezara, y Salvador, temiendo lastimarla, rápidamente soltó su mano, observando impotente cómo Isaac se llevaba a Aurora.
La joven, con el ceño fruncido por el dolor, se soltó de la mano de Salvador: “Me lastimaste.” Dijo enojada.
Isaac miró hacia atrás, viendo el ceño fruncido de Aurora. Solo entonces se dio cuenta de que, en su afán de ganársela, había ignorado por completo su seguridad.
Isaac se disculpó con ella, y sintiéndose algo culpable, dijo: “Lo siento.”
Aurora miraba fijamente hacia adelante, sin saber a qué. De repente, sonrió maliciosamente. Inesperadamente, tomó el brazo Isaac: “No tienes que disculparte conmigo, mejor piensa en cómo vas a disculparte con tu esposa.”
En un abrir y cerrar de ojos, Aurora llevó a Isaac frente a Cynthia, quien con los ojos inyectados
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en sangre, la miraba con odio: “Aurora, ¿No te da vergüenza coquetear con tu cuñado?”
“Hermana, hay un dicho que es cierto, lo que se roba, tarde o temprano se debe devolver.” Dijo con una sonrisa, mostrando todos los dientes.
Eso incluía tanto a Isaac, como su riñón.
Pero en cuanto a Isaac, ese desecho, mejor ni hablar.
Cynthia, furiosa, levantó la mano para golpear a Aurora. Pero lo que ella nunca esperó, fue que Isaac detuviera su mano: “Cynthia, con tanta gente mirando. ¿No crees que ya es suficiente escándalo?”
Los pupilas y labios de Cynthia temblaban: “¿Estás defendiéndola?”
Isaac la arrastró hacia fuera del club.
En un rincón desolado, la soltó con enfadado. “Mi carrera apenas está recuperándose, ¿Quieres arruinar completamente mi imagen y terminar durmiendo en las calles conmigo?”
Cynthia comenzó a llorar como una Magdalena: “Isaac, ¿Por qué elegiste a Aurora como tu acompañante? Claramente, tenías muchas opciones.”
“Solo podía ser ella. Por su alto estatus en el mundo de la moda.” Respondió con el rostro serio Cynthia se quedó atónita.
Siendo inferior en habilidad y dependiendo de otros, no tenía nada que decir.
Pero en su corazón ardía un fuego de celos, el cual consumía toda su confianza.
Lanzándose al abrazo de Isaac, le suplicó: “Isaac, ¿Puedo decirte algo? Últimamente has sido muy frío conmigo. Tengo miedo, miedo de perderte.”
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