Capítulo 402
Apenas salieron esas palabras, Lucio, quien era astuto y batallado, se encontró en el escenario de su propia muerte social. “Tú…” estaba tan enfurecido que casi sufre un derrame cerebral.
El accionista no daba tregua: “Presidente Córdoba, ¿por qué no dice nada?”
Con un esfuerzo, el hombre colocó su vaso sobre la mesa, produciendo un sonido estruendoso para manifestar su descontento.
“¿Qué insinúas? ¿Me estás presionando para que renuncie? Jeje, espero que no se olviden que mi familia fundó esta empresa, y que aún tengo en mis manos la mayoría de las acciones. Seal como sea, soy el dueño.”
“Eso es doble moral, presidente Córdoba. Cuando cometes un error, usas tu poder para presionarnos. Pero, ¿Por qué si Isaac solo cometió un error, lo echaste de la empresa?” El accionista lo enfrentó sin pensarlo dos veces.
El presidente Córdoba, mirándolo maliciosamente, respondió: “¿Por qué me dificultas las cosas? ¿Qué pretendes?”
El accionista se levantó: “Mi punto es muy simple. Nosotros y el Grupo Córdoba compartimos tanto las glorias como las derrotas. Todos han visto que desde que Isaac dejó la compañía, nuestra eficiencia ha decaído día tras día. Y desde que él se unió al Grupo Nolan, en pocos meses, han experimentado un crecimiento explosivo. El talento comercial de Isaac es
evidente.”
Tras una pausa, continuó: “Por eso sugiero que invites a Isaac a regresar.”
Esa propuesta recibió el apoyo y reconocimiento de la mayoría.
“Creo que es posible.”
Sin embargo, Lucio mostró una expresión complicada; ellos no sabían que ya había intentado secretamente invitar a su hijo a regresar. Pero Isaac simplemente rechazó la oferta, incluso terminó insultándolo, lo que hizo que se resistiera mucho a la sugerencia.
Finalmente, luego de unos segundos de silencio, dijo: “Isaac no regresará.”
“Su apellido es Córdoba, la empresa también es suya, ¿Cómo podría no querer regresar?” Los accionistas claramente no creían en sus palabras.
“Ya lo invité, pero rechazó la oferta.” Admitió derrotado.
“¿Será que no mostraste suficiente sinceridad?”
El rostro de Lucio palideció.
¿Acaso tenía que arrodillarse y suplicarle para que su sinceridad fuera suficiente?
“Este tema termina aquí. Que no se mencione más. No creo que el Grupo Córdoba no pueda girar sin Isaac.”
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Capitulo 402
Finalmente, tomó la decisión de la que más se arrepentiría en su vida: “Si él está interceptando nuestros proyectos, entonces bajaremos los precios, incluso si tenemos que trabajar sin ganancias, haremos cualquier cosa con tal de superar su intercepción.”
Los accionistas suspiraron colectivamente.
En un rincón, sin embargo, un accionista sonreía sutilmente, mostrando su buen humor.
La reunión terminó y los accionistas se fueron con la cabeza gacha.
Solo ese accionista se quedó atrás, quien sacó lentamente su celular y marcó un número misterioso: “Señor, realmente tiene una visión profética, todo está bajo su control. No creo que pase mucho tiempo antes de que usted devore a ambos titanes.”
Del otro lado de la línea, una voz profunda y resonante llena de una vasta experiencia, madurez y astucia, respondió: “Encontraré una manera de acelerar su caída. Tu siguiente movimiento será incitar al Grupo Córdoba a cooperar con nuestra compañía.”
“De acuerdo.”
El frío final del invierno llegó en un abrir y cerrar de ojos.
Isaac se paró frente a la ventana panorámica de su oficina, mirando hacia abajo a la ciudad, sintiendo por primera vez una profunda soledad.
En ese momento, se puso a pensar en su madre, quien lo había amado más que a nada, y en Marina Chávez, cuyo amor fue el más puro, ambas se fueron por su estupidez, una murió, y la otra estaba muy lejos.
Y su padre, a quien ayudó con todo su corazón, junto con Cynthia Chávez, su amor, resultaron ser parásitos que lo devoraron hasta dejarlo solo como un muerto viviente.
No sabía cuál era el sentido de seguir viviendo.
No entendía cuál era el sentido de su ajetreo diario.
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