Capítulo 372
Ella, al ver a su novio mostrándose cariñoso con otra persona, definitivamente confrontaría a
Camilo.
Aunque Camilo la amara, no podía soportar estar siempre con una mujer que se comportaba de manera tan histérica…
Amparo sonrió con satisfacción: “Con el tiempo, su relación, sin duda, se desmoronaría.
“Voy a aprovechar esta oportunidad para meterme en sus vidas.”
¿Qué importa si Camilo es distante? ¿Qué más da si prefiere no socializar?
“¿No terminará cayendo en mis redes de todas formas?”
Los labios de Rafaela también se curvaron involuntariamente: “¿Cuándo llegará ese día?”
“Ya no puedo seguir esperando.”
Tras terminar su conversación con Amparo, Rafaela encendió el ordenador y, después de crear cuentas en varias plataformas, comenzó a subir las obras de Amparo.
¿Acaso el secretario no quería ver el rendimiento de Amparo?
En unos días, después de publicar los cómics, atraerían a un montón de lectores.
Ella presentaría los datos concretos al secretario para demostrarle lo acertado de su juicio.
Y lo equivocado que estaba él por no impulsar una obra tan buena, prefiriendo promocionar los trabajos sin atractivo de Ofelia.
Después de hacer todo esto, Rafaela se levantó para buscar al secretario y fue directa al grano: “Hola, quiero solicitar recursos para promoción.”
El secretario, algo exasperado, respondió: “¿Todavía no has comprendido las responsabilidades que le corresponden a cada departamento después de tanto tiempo en la empresa?”
Rafaela preguntó algo confundida: “¿Ah? ¿No es tu tarea?”
“Primero que nada, soy el secretario del Sr. Heredia, usualmente asisto al Sr. Heredia con algunos asuntos de la compañía.” El secretario explicó con calma: “Pero eso no significa que todo deba pasar por mis manos…”
“Para que yo lo maneje.”
“Por favor, recuerda esto.”
Rafaela preguntó de forma un poco incómoda: “¿Entonces a quién debo dirigirme?”
“Al departamento de promoción y publicidad.” El secretario respondió amablemente: “No te
equivoques de lugar la próxima vez, y no me busques para todo.”
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Capítulo 372
“Estoy muy ocupado.”
Rafaela se sintió un poco herida: “¿Cómo iba a saber yo cuál departamento se encarga de qué?”
El secretario la observó fijamente por un momento antes de calmarse paulatinamente: “Cuando te uniste a la compañía, deberían haberte dado un folleto.”
“Deberías echarle un vistazo.”
“Ahí se explican las responsabilidades específicas de cada departamento y a quién acudir en caso de que tengas dudas.”
Rafaela, cabizbaja, dijo: “Entendido.”
Al salir de la oficina del secretario y asegurarse de que la puerta estaba cerrada, lanzó una
mirada despectiva hacia atrás.
¡Hum!
Ahora que me trataba con tanta frialdad.
¡Esperaría a que Amparo se casara con Camilo, ya vería lo que le esperaría!
Así pensaba Rafaela, y su humor mejoraba gradualmente.
Después de terminar la tarea del día, me recosté en el sofá para descansar y saqué mi teléfono
con la intención de leer los comentarios de mis lectores.
Para mi sorpresa, todos pedían que saliera a dar una explicación.
Me quedé confundida.
¿Explicar qué cosa?
Al seguir leyendo, descubrí que un lector había dejado un comentario insinuante.
“Conozco al exmarido y a la ‘luz blanca‘ de su ex en el cómic del autor, y ellos dos claramente se amaban. ¿Cómo es que el autor los retrata como un patán y una rompehogares? Eso no es bueno, ¿verdad?”
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