Capítulo 371
El secretario estuvo a punto de soltar una carcajada: “Primero que nada, aunque la intensidad de la promoción de la empresa no llegue al nivel de Ofelia, tampoco se quedará atrás.”
“Debería cumplir con tus expectativas.”
Al ver el ansia de Rafaela por explicarse, levantó la mano en un gesto para que se calmara: “Además…”
“Si tu cómic es realmente tan bueno como dices.”
“Y puede traer grandes beneficios a la empresa, entonces seguro que aumentaremos el nivel de promoción en el futuro, puedes estar tranquila.”
Rafaela seguía insatisfecha.
El secretario continuó diciendo: “Déjame decirte esto, al principio la empresa tampoco le daba mucha importancia al cómic de Ofelia.”
“Fue ella quien empezó publicando una pequeña historia al día, acumulando lectores poco a poco.”
“Rafaela, piénsalo bien, si incluso la mujer que le gusta al Sr. Heredia fue tratada así…”
“¿Cómo esperas que el autor bajo tu cargo reciba una promoción mejor que la de ella? ¿Crees que es posible?”
El secretario observó cómo el rostro de Rafaela se tornaba cada vez más sombrío, y sin inmutarse, añadió: “Además, tienes que entender que la calidad de una obra no se mide por las alabanzas…”
“Sino por la elección de los lectores.”
“Cuando me traigas pruebas de que tu obra, sin promoción alguna, tiene datos muchísimo mejores que los de Ofelia, entonces creeré en lo que dices.”
“Y tal vez hable bien de ti frente al Sr. Heredia.”
“A ver si él está dispuesto a crear un nuevo departamento para tu obra.”
“Entiendo.” Rafaela bajó la cabeza: “Haré lo que me has dicho.”
Al salir de la oficina del secretario, Rafaela regresó a su despacho, cerró la puerta y llamó a Amparo: “Realmente quería conseguirte algunos recursos al mismo nivel que los de Ofelia…”
“Pero no están dispuestos a ofrecerlos, y además me dieron un montón de excusas aceptables.”
Rafaela expresó su frustración: “He hecho todo lo que he podido.”
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Capitulo 371
“Pero no te preocupes, todo el recurso que logre conseguir en la empresa lo utilizaré en ti.”
“Gracias.” Amparo se apoyó con desgana en el sofá, últimamente no solo tenía que dibujar, sino también esforzarse al máximo por complacer a Ricardo.
Estuvo exhausta a lo largo de todos esos días: “Pero descuida, también haré todo lo posible por conquistar a Camilo.”
“De hecho, estoy pensando en ir a tu empresa para buscarlo.”
“¿Podrías pasarme tu tarjeta de acceso para dejarme entrar?”
Rafaela dudó antes de responder: “La seguridad ahora es muy estricta, a menos que seas un empleado de la empresa, no te dejarán entrar.”
“Si no me crees, puedes venir y probarlo.”
Rafaela era la mejor amiga de Amparo.
Por lo tanto, confiaba ciegamente en lo que decía Rafaela. “Entonces, ¿sabes a qué hora sale Camilo de la empresa?”
Normalmente, Rafaela no prestaba atención a los movimientos de Camilo, pero por Amparo, estaba dispuesta a tomarse el tiempo para vigilarlo: “Mm.”
“Entonces, recuérdame llamarte cuando vaya a interceptarlo.” Amparo había puesto sus ojos en Camilo, así que…
¡Camilo tenía que ser suyo!
Rafaela accedió: “No hay problema.”
Con un tono lleno de desprecio, añadió: “Cuando conquistes a Camilo, seguro que te dará su empresa de cómics.”
“¡Ese día, todo el personal de la empresa de cómics trabajará para promocionar tu obra! ¡Todos ellos!”
Rafaela casi no podia contener su desprecio: “La única que lo pasará mal entonces será Ofelia.”
Amparo soltó una risita: “Cierto, cuando me encuentre con Camilo, sería mejor que capturaras ese momento a escondidas.”
“Y luego se lo envies a Ofelia.”
“Ellos dos no han estado juntos mucho tiempo, su relación aún no es sólida.”
“Con enviarle simplemente una foto tomada a escondidas…”
